«Diviértanse.»

[su_note note_color=»#1d6cd0″ text_color=»#ffffff» radius=»5″]Artículo redactado para desearos una feliz Navidad y mostraros una enorme lección de vida que, personalmente, me he grabado en la frente. Ojalá no la infravaloréis. ¡Nos leemos pronto con más SEO! :)[/su_note]

Hay profesores para todo. En todas partes. Pero entre todos los profesores que realizan correctamente su labor profesional, hay algunos que no solo destacan por ello.

Esos son un tesoro. Aparecen muy de vez en cuando, como las amistades verdaderas, pero si los encuentras, tienes que atraparlos y aprender de ellos lo máximo posible.

De vez en cuando sueltan algunas frases aparentemente insignificantes pero que llevan un trasfondo mucho más importante de lo que pudieses pensar. Y, sin exagerarte, pueden cambiarte la vida. Por eso recomiendo, si encuentras a uno de estos maravillosos especímenes, llevar siempre a mano un papel y boli.

Yo he tenido el placer de conocer a uno de esos Profesores. En primer y segundo año de carrera estoy aprendiendo, por suerte, de cómo es su percepción de la vida y cómo intenta transmitírnosla.

Y es que es justo aquí donde reside la clave de, no ser solo un buen profesor, sino de ser un Profesor Excepcional.

Aquel del que aprendes más de su forma de ser que de su asignatura.

Aquel que se convierte en tu referente y que sabes que lo tendrás como ejemplo cuando te enfrentes a un problema. La figura de un padre en el ámbito profesional. Este, te puedo asegurar, destaca por su HUMILDAD, una característica que he aprendido a valorar más que nunca gracias a sus lecciones.

La semana pasada nos mandó leer en clase una carta. Su trasfondo no tiene mayor relevancia para este artículo, pero cabe destacar que absolutamente toda la clase estábamos leyendo con detenimiento el texto, intentando memorizar algunos aspectos sobre los que pudiese preguntar, y leyendo seriamente, como sufriendo, cada una de sus líneas.

Fue entonces cuando el Profesor nos miró, sonrió, y nos pidió que parásemos un momento para escucharle:

Chicos, ¿por qué están tan serios leyendo el cuento? ¡Parece que están haciéndolo porque les vaya a puntuar! Por favor, sonrían. Si hay algo que os puedo recomendar en la vida es una cosa: ¡diviértanse! ¿Para qué, si no, estar viviendo? ¡Disfruten cada momento de su lectura y de su vida! Me encantaría que disfrutasen tanto como yo de esa carta.

Y ahí vino una de sus perlas. Diviértanse.

No hagan otra cosa que no sea por entretenimiento, por goce, por diversión… Que no necesariamente debe ser lo más pasional o menos irracional, sino aquello que de verdad disfrutas y te apasiona.

Mi intención no es la de quitaros el apetito, ¡todo lo contrario! Quiero abríroslo y que, después de clase, aquellos que hayan sentido curiosidad por ello indaguen al respecto. Y, ojalá, pase en muchos de ustedes.

Gracias, Fernando Iwasaki.

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